En este vídeo aprenderás a hacer un relajante masaje de cuello, cervicales y hombros que puedes hacer a alguien sentado.
Al contrario que cuando estamos tumbados, dar un masaje sentado es muy cómodo, puedes hacerlo en cualquier lugar, y no necesitas más que una silla y un lugar para apoyar la cabeza. No es necesario ningún equipo especial basta con cruzar los brazos, usar un cojín o una mesa para que el paciente esté cómoda. El primer punto indispensable es que la cabeza esté apoyada, si se encuentra erguida se producirá tensión en el cuello y el masaje será menos agradable.
Colócate detrás de tu paciente, sentado o de pie, como te sea más cómodo.
Durante el masaje deberías concentrarte en estas zonas, los músculos paravertebrales a ambos lados de la columna y el cuello y los trapecios. En especial las dos zonas que aparecen en rojo, que corresponden al angular de la escápula y los músculos suboccipitales, lugares que se encuentran tensos en el 99% de la población.
Usa alguna crema o aceite de masaje para que puedas deslizar más fácilmente las manos sobre su piel.
Comienza con pases muy suaves superficiales, utilizando toda la superficie de tu mano, sin aplicar prácticamente presión. Invierte unos cuantos minutos en rozar superficialmente toda la espalda, desde la zona inferior de los omoplatos hasta el cuello.
A continuación damos paso al amasamiento. Básicamente debes colocar tus manos en pinza e intentar amasar los músculos de la espalda, acercando tus dedos hacia el pulgar. Puedes comenzar a nivel dorsal e ir subiendo, el lugar ideal para practicar el amasamiento son los trapecios, ya que cuentan con una buena cantidad de músculo.
Puedes poner una mano en cada trapecio y amasar firmemente los hombros de tu paciente prestando especial atención al movimiento del pulgar. Puedes utilizar tus pulgares para amasar la zona especial de la que hablamos anteriormente, en donde se origina el elevador del omóplato. Coloca tu pulgar en la esquina superior interna del omoplato y deslizalo hacia el cuello mientras continuas con el amasamiento de trapecios. Si aplicas correctamente esta técnica lograrás provocar un gran alivio a tu paciente.
También puedes colocar las dos manos en un solo trapecio, alternando el movimiento de las mismas para practicar un generoso amasamiento sobre el músculo. Y de nuevo, puedes realizar presiones con tus pulgares desde el ángulo superior interno del omóplato hasta el cuello. Al utilizar dos manos las sensación será mucho más fuerte y profunda que si lo hiciéramos con una sola mano.
Una vez que hayas amasado correctamente toda la espalda y los trapecios de tu paciente, damos paso a las presiones deslizantes. Esta técnica te va a ayudar a trabajar los músculos con mayor profundidad. Coloca tus dedos índice y anular a ambos lados de la columna, aplica presión y subelos desde la zona dorsal hasta la base del cuello. Sube bien arriba y no tengas miedo de llegar al pelo, ya que la zona suboccipital es muy importante y agradecida cuando se hace un masaje. También puedes usar ambos pulgares a ambos lados, o realizar el mismo movimiento con solo un pulgar.
Puedes aplicar las presiones deslizantes en cualquier parte, aquí vemos unos ejemplos.
En el angular del omoplato como hemos visto anteriormente.
En el lateral del trapecio, llevando tus pulgares desde los hombros hasta la base de la nuca
También puedes detenerte a ambos lados del cuello y trabajar con tus pulgares presiones cortas en la base de la nuca, tanto hacia fuera como hacia arriba.
Y por último puedes aplicar una presión deslizante con tus dedos en forma de pala, desde la base de la nuca hasta los hombros, técnica muy agradable si eres capaz de aplicar la suficiente fuerza.
Una vez finalizadas las presiones deslizantes vuelve al amasamiento general, y continua con los pases suaves que hiciste al iniciar el masaje antes de terminarlo.
Con esto podrías concluir el masaje, sin embargo si quieres continuar y dar una experiencia más completa puedes cambiar de posición e instalarte a un lado para trabajar mejor la zona del trapecio y cuello.
Mediante presiones deslizantes desde el hombro hasta la base de la nuca con los dos pulgares.
Mediante presiones deslizantes en el mismo sentido con tus nudillos.
Mediante un buen amasamiento de cuello, una de mis técnicas relajantes favoritas ya que de pie desde un lado podrás amasar correctamente el cuello.
Y mediante el trabajo de la musculatura interescapular colocando la mano en forma de pala.
A pesar de haber visto todas estas técnicas en un orden preciso, el masaje no es una lista de técnicas organizadas, entra en contacto con tu paciente, y déjate llevar, siente con tus manos su cuerpo y trabaja las zonas que notes más tensas, combinando amasamiento, con presiones deslizantes y pases suaves.
Masajea, masajea muchas personas y practica, no es sino tocando a otras personas que lograrás una mayor destreza con tus manos.