Si te gusta correr o sales a correr habitualmente, o si eres apasionado del running, debes conocer estos cinco errores a evitar.

1. No darte el tiempo suficiente para alcanzar tus objetivos
La parte psicológica del deporte, es prácticamente tan importante como la física. Cuando hay un período de tiempo muy corto para alcanzar un determinado objetivo de carrera, el corredor sucumbe inevitablemente a diversos grados de presión, o ansiedad, y sentimientos de encontrarse ‘retrasado’ en los preparativos o el entrenamiento.
Debido a esta sensación subjetiva de retraso en el entrenamiento el corredor puede tener la necesidad de ‘sobrecargar’ su entrenamiento.
Dicha ‘sobrecarga’ puede ocurrir en forma de aumento del volumen significativo de entrenamiento, intensidad, o incluso en ambos, aumentando el volumen y la intensidad, o también reduciendo los días de descanso.
El científico deportivo Tim Gabbitt supuso que, para minimizar el riesgo de lesiones, el corredor debería limitar el aumentos de carga de entrenamiento semanales a menos de un 10%.

2. Ignorar el entrenamiento de fuerza como parte de la rutina de entrenamiento.
Quédate con esta frase: los corredores necesitan correr 80% del tiempo, el otro 20% debe incluir un poco de entrenamiento de fuerza.
Creo que los corredores no entrenan con fuerza debido a dos razones principales:
Miedo al ‘aumento de masa’
Muchos corredores creen erróneamente que el entrenamiento de fuerza les hará ‘ganar volumen’ con un aumento de la masa muscular y, por consiguiente, esto impedirá su capacidad de correr. Sin embargo, la buena noticia es que no hay evidencia de que esto pueda ocurrir debido a lo que se conoce como el ‘efecto interferencia’, por lo que el entrenamiento de resistencia y el entrenamiento de fuerza al mismo tiempo dan como resultado cierta fatiga residual e inhibición de las ganancias de masa muscular tamaño.
La segunda razón por la que los corredores no entrenan fuerza es por el desconocimiento de los muchos beneficios que su entrenamiento tiene para corredores de distancia
La investigación revisada sugiere que complementar el entrenamiento de un corredor de distancia con entrenamiento de fuerza proporciona mejoras en el gasto energético en carrera, y los parámetros anaeróbicos como la distancia máxima recorrida y la velocidad máxima del sprint.

3. Hacer un entrenamiento lento es ir más rápido
Es difícil para muchos corredores hacer las paces con el concepto de que si quieren correr más rápido es probable que tengan que disminuir la velocidad en algunas de sus sesiones de entrenamiento. Querer correr más rápido, pero al mismo tiempo reducir la velocidad parece contradictorio.
Correr arduamente, con demasiada frecuencia es el mayor error perjudicial en la disciplina del running. Esta tendencia en lugar de correr a un ritmo moderado es muy probable que obstaculice el progreso de muchos corredores. El problema es que correr lento no es algo natural para muchos corredores.

El autor Matt Fitzgerald destaca que los estudios recientes sobre las prácticas de entrenamiento de los corredores más importantes del mundo revelan que invierten en promedio el 80% de su entrenamiento total por debajo del umbral ventilatorio. En otras palabras, por cada carrera dura, el corredor de distancia de élite ejecutará cuatro carreras fáciles. Por el contrario, el corredor amateur tiende a correr una carrera fácil por cada carrera dura. El otro 20% del tiempo de entrenamiento en corredores de élite se invierte en carreras de alta intensidad, que están por encima del umbral de compensación respiratoria.

4. Ignorar la salud de los huesos
Los huesos son tejidos vivos que necesitan cuidado y atención, por ejemplo, la vitamina D y la ingesta diaria recomendada de calcio.
A pesar de la creencia común entre los corredores, correr no mejora la salud de los huesos, simplemente la mantiene. Es decir, si corres a lo largo de tu vida útil, tienes más posibilidades de prevenir la disminución de densidad ósea provocada por el envejecimiento. Pero si dejas de correr, todos esos beneficios se perderán.
Lo que puede ayudar a la salud ósea es: levantar objetos pesados, por ejemplo, dos veces por semana hacer un entrenamiento de peso muerto y sentadillas, prestar atención a la ingesta diaria de calcio y evitar cargas repentinas e inesperadas para los huesos como realizar saltos o aterrizar torpemente desde grandes alturas.

5. Hacer énfasis excesivo en el estiramiento
El error es que muchos corredores dan excesiva importancia al estiramiento por la ambición de correr sin lesiones.
El estiramiento en sí mismo no es malo, ciertamente no es el demonio. Puede tener un lugar en un programa de entrenamiento semanal de corredores.

El mayor problema es que el tiempo empleado en el estiramiento podría haberse invertido mejor trabajando en ejercicios de fuerza y acondicionamiento, que han demostrado ser muy beneficiosos en la reducción de lesiones.

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