¿Por qué el ejercicio es tan importante para nuestro cuerpo? ¿Por qué, si es tan importante, nos cuesta tanto hacerlo? Estas y otras preguntas serán contestadas a lo largo del vídeo.

El ser humano ha evolucionado durante miles de años moviéndose, simplemente hemos pasado por 300.000 años de evolución con la NECESIDAD de movernos para seguir vivos.
El que no se movía, lo tenía difícil para sobrevivir. Así de simple.
Durante esta evolución sólo sobrevivían los seres humanos capaces de desplazarse, ejercitarse, correr rápido y moverse grandes distancias, por lo cual estos supervivientes se acababan reproduciendo entre ellos, y sus descendientes cada vez estaban más adaptados al movimiento.
Generación tras generación nuestras articulaciones, músculos, huesos y sistemas nerviosos se han ido moldeando yendo de la mano del ejercicio, y todo ello ha hecho que el ejercicio acabe siendo necesario para, entre otras muchas cosas, poder mantener los huesos fuertes, las articulaciones lubricadas, una musculatura potente y una buena salud mental.

Ha sido esta adaptación progresiva de nuestro cuerpo al ejercicio lo que ha hecho que este haya pasado de ser una necesidad para la supervivencia, a una necesidad para la salud.

Pero, por fortuna para nosotros y para nuestros vagos traseros, lo que antes el ser humano tenía como una necesidad para sobrevivir, hoy ya no lo es.
El ejercicio ha pasado de ser el eje fundamental de nuestra supervivencia, a una elección, un pasatiempo, o simplemente un hobby.
Ya no tenemos que cazar para poder comer, ni andar muchos kilómetros para encontrar agua, ni movernos con toda nuestra casa a cuestas para buscar otro sitio en el que asentar el campamento. La medicina y la humanidad han avanzado tanto como para poder sobrevivir estando tumbados en el sofá durante el resto de nuestras vidas.
Ahora, imagina por un segundo ese cuerpo atlético de un homo sapiens de hace 300.000 años que, durante miles y miles de años, y generación tras generación, ha tenido que ir moldeando su sistema cardiovascular, nervioso, respiratorio… para adaptar y integrar el ejercicio a su modo de vida.
Imagínatelo, pero ahora imagínatelo tumbado en el sofá, esperando a que toquen el timbre y le traigan la comida a casa.
El ejercicio que antes mantenía nuestro cuerpo en buen funcionamiento y mantenía el equilibrio entre cuerpo y sistemas corporales, ahora ha desaparecido.
Esto hace que la mayoría de las causas de mortalidad prematura, y de patologías que veremos en consultas de fisioterapia, vengan derivadas o causadas directamente del sedentarismo.
Patologías tan comunes como la artrosis, la diabetes, la obesidad, el dolor de espalda, la depresió, derivan o se alimentan de la falta de ejercicio.

Durante miles de años nuestro cuerpo y sistemas se han ido modulando NO para querer el ejercicio, sino para NECESITARLO. Ahora, este ejercicio ha pasado de ser una necesidad para la supervivencia, a una elección.

¿Si el ejercicio es tan importante y beneficioso, por qué nos cuesta tanto hacerlo?
Porque también estamos diseñados para ahorrar energía para sobrevivir.
Durante 300.000 años como homo sapiens, hemos vivido en un mundo en que el alimento no destacaba por estar en las estanterías de los supermercados, así que, como disponíamos de poca energía a nuestro alcance, la evolución también nos ha diseñado para no malgastarla.
El primero que gastaba la energía que tenía, veía sus posibilidades de supervivencia reducidas drásticamente.
Por lo tanto, en la actualidad, nos vemos enfrentados a la siguiente paradoja:
Ya no necesitamos el ejercicio para sobrevivir, por lo cual gastamos muy poca energía, pero aun así seguimos teniendo programado en los genes que debemos ahorrar energía.
Es por ello que el ejercicio hoy en día no debería ser una opción, un hobbie, o algo a hacer cuando estemos aburridos. Debería formar parte de nuestra vida, lo queramos o no, porque de ello depende nuestra salud.

¿Qué conclusiones sacamos de todo esto?
El ser humano ha evolucionado como homo sapiens durante aproximadamente 300.000 años. Durante toda nuestra evolución, hemos tenido el ejercicio como necesidad para sobrevivir, por lo que nos hemos ido adaptando poco a poco a él, estando generación tras generación más adaptados al ejercicio.
Esa adaptación a lo largo de los años ha acabado provocando que no sólo nos beneficiemos de ese ejercicio, sino que lo necesitemos para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo.
Ahora bien, al contrario que durante el 99.99% de esta evolución, hoy en día ya no necesitamos el ejercicio para sobrevivir, y esto, junto a que seguimos estando programados para ahorrar energía, hace que cada vez seamos más sedentarios, a pesar de la cantidad de patologías que esto conlleva.
Es por ello por lo que el ejercicio debería ser una parte imprescindible y fundamental tanto en la prevención de patologías como en el tratamiento de estas.