Descubre el mejor tratamiento para tu dolor de cuello o cervicalgia, según tus síntomas y tu situación personal.

En el perfil A encontramos a todos aquellos que tienen dolor de cuello de grado 1 o 2, con un curso de dolor normal.
En el perfil B encontramos a los que tienen dolor de cuello den grado 1 o 2, con un curso anormal, y sin la presencia de factores psicosociales importantes.
En el perfil C encontramos a los que tienen dolor de cuello de grado 1 o 2, con un curso anormal, y con una fuerte presencia de factores psicosociales.
En último perfil o perfil D encontramos a los que tienen un dolor de cuello de grado 3 con la aparición de síntomas neurológicos.

PERFIL A
Perfecto, si te encuentras en el perfil A es que te estas recuperando con normalidad, y el dolor no tiene un origen de gravedad. Debes considerar el dolor de cuello como algo normal, como un resfriado o un dolor de cabeza, el dolor de cuello puede aparecer de manera expontanea sin que esto represente una amenaza real a tu salud.
No atribuyas el dolor de cuello a alteraciones mecánicas de tu columna cervical, así que no le prestes demasiada atención a radiografías o resonancias magnéticas. Es un buen momento para mejorar tu postura tanto en el trabajo como fuera de él tomando conciencia del lugar de tu cuello en todo momento.
Incrementa tu actividad progresivamente y evita el reposo siempre que sea posible. Vuelve al trabajo de manera parcial o total tan pronto como puedas.
Si crees que el dolor ha aparecido por el trabajo que realizas, piensa de qué forma puedes adaptar tu puesto al dolor. Cada vida profesional es un mundo, pero hay muchas mejoras posibles tanto si trabajas sentado en una oficina como si trabajas caminando.

PERFIL B
En el perfil B se caracteriza por la presencia de un curso anormal, además de incluir los consejos que he mencionado en el perfil A deberíamos incluir una rutina de ejercicios que incluyan movilizaciones de la columna cervical o torácica, puedes hacer los que aparecen en la esquina superior derecha de la pantalla, pero lo ideal es acudir a un profesional que pueda examinar y evaluar tu caso de manera directa. La utilización de kinesiotape, masaje, o calor para el dolor de cuello si el origen es traumático es una buena opción para reducir el dolor.
Las recomendaciones de ergonomía que hemos aplicado en el perfil A para el trabajo deberían aplicarse también en este caso, haciendo un especial énfasis a otros aspectos de la vida, como la postura en la que duermes o la posición que adoptas en la conducción introduciendo en la rutina algunos ejercicios de corrección postural como los que puedes encontrar de nuevo en la esquina superior derecha de la pantalla. Se aconseja contactar un fisioterapeuta o ergoterapeuta que pueda evaluar tu puesto de trabajo para una adaptación más efectiva, siempre que el origen del dolor esté relacionado con el trabajo.

PERFIL C
Este perfil se caracteriza por tener un curso anormal, con una fuerte presencia de factores psicosociales. En este perfil deberíamos centrarnos menos en el dolor en sí mismo y más en el trasfondo psicológico que puede estar perpetuando el dolor de cuello.
Todas las recomendaciones del perfil B son válidas para este perfil, adicionalmente debemos abordar como los factores psicosociales pueden influenciar negativamente al dolor. El miedo, la depresión, la ausencia de sueño y el catastrofismo pueden tener un importante papel en el dolor y en la perpetuación del mismo. Para tratar este aspecto, es necesaria la ayuda de un profesional en psicología que constate como estos aspectos están influenciando el dolor y que evalué periódicamente vuestra situación.
La realización de una rutina de ejercicios cervical es también importante, y debería estar enfocada hacia la pérdida del miedo al movimiento.
Si el origen del dolor esta relacionado con el trabajo o si el dolor es muy intenso, podemos hacer uso de los consejos mencionados para el perfil B.

PERFIL D
Terminamos con el perfil D, que se caracteriza por la aparición de síntomas neurológicos. El abordaje es el mismo que en el perfil B, sin embargo a pesar de que estos pacientes pueden ver mejoría gracias a la fisioterapia, es muy importante explicar el estado real de su cuello, y el pronóstico del mismo a largo plazo.
Hay que animar al paciente a tener una vida activa, evitando todo movimiento que agrave el dolor local o referido.
Establecer una rutina de ejercicios como mencioné en el perfil B es indispensable. La terapia manual mediante masaje, manipulación vertebral o movilización neural es una gran herramienta para aliviar el dolor. Se recomienda la utilización de un collarin semirígido para los periodos de mayor dolor, sin sobrepasar su uso durante más de dos semanas. Si las anteriores técnicas no producen el efecto deseado las tracciones cervicales pueden ser una buena opción.