Los mejores consejos para fisioterapeutas que acaban de terminar la carrera, y tienen miedo de enfrentarse a la vida profesional.
1. No tienes por qué saberlo todo.
Esta es una de las inquietudes que más se presenta en los fisioterapeutas que están a punto de terminar la carrera, sobre todo si han tenido malos tutores durante sus prácticas, o si han tenido pocas horas de práctica. Lo llamo el síndrome «Siento que no sé nada».
No hay nadie que lo sepa todo. Absolutamente nadie. Ni el fisio de tu vecino, ni el fisio del Real Madrid, ni el fisio ese australiano del que todos hablan. No hay nadie que lo sepa todo, es imposible saberlo todo.
2. No siempre tendrás éxito en tus tratamientos.
Quítate esta presión de encima. Ningún fisio en la historia de la fisioterapia ha tenido éxito en todas sus intervenciones. Cuanto antes lo asumas mejor. Basta con fijarte en los estudios que salen sobre fisioterapia. En ellos se estudia un protocolo de tratamiento o una técnica y siempre hay un porcentaje de pacientes que no mejoran. Nunca ha habido una técnica que funcione al 100% por igual.
3. No necesitas un diagnóstigo específico para tratar a alguien.
No necesitas poner una etiqueta al dolor para tratarlo. Tests, pruebas, diagnósticos diferenciales, pruebas de imagen… al final lo importante es: ¿Dónde está el dolor? ¿Qué movimientos lo provocan? ¿Hay algo que mejore ese dolor? Si alguien entra a tu consulta o se sube a tu camilla es porque le duele algo. Entiende bien el dolor y explícalo de la manera más sencilla que puedas y tendrás mucho ganado.
4. No te preocupes tanto por la anatomía.
¿Qué diferencia hay entre el tratamiento del tendón supraespinoso o del infraespinoso? Ninguna. No hace falta te vuelvas loco intentando saber qué función hace qué músculo o su inervación. Al final, dolor de hombro al coger un bote de guisantes de la estantería, no es más que eso. Dolor de hombro al coger un bote de guisantes de la estantería.
5. Intenta conectar con tus pacientes.
Vas a trabajar con personas, gente que tendrá sus propios problemas y preocupaciones. Es mucho más importante cómo eres que los tratamientos que haces. Puedes hacer el mejor tratamiento del mundo, o el más acertado, que, si no consigues conectar con tu paciente, el tratamiento será inútil.
Sé honesto, buena persona, intenta escuchar más que hablar, intenta comprender su situación. A partir de ahí intenta trabajar en todo lo que creas que puedes ser útil. Mira a tus pacientes desde una perspectiva bio-psico-social.
6. No rehabilites diagnósticos, rehabilita personas.
Ayudar a cambiar los hábitos de alguien va a ser lo que va a marcar la diferencia a largo plazo. Trabaja su contexto. Un dolor de hombro no es sólo eso. Es un dolor en alguien sedentario, con mucho estrés en el trabajo, que no duerme ni descansa bien, que hace dos semanas se murió su mascota y que se ha puesto a trabajar en el jardín. Todo el contexto influye en el dolor.
7. Trabaja de manera honesta.
Un cliente que no tiene que volver no es dinero perdido, es alguien al que, de una manera u otra, le has cambiado la vida a mejor.
Intenta que tus pacientes te visiten lo menos posible. Empodera a tus pacientes, da consejos de autotratamiento, manda ejercicios para casa, aunque solo los haga un 10% de los pacientes, te aseguro que a largo plazo lo agradecerán.
8. No te obsesiones con formaciones.
Si quieres, date un tiempo. Llevas mínimo 4 años estudiando sin parar y estás perfectamente capacitado o capacitada para tratar a quién se te ponga delante. Trabaja, coge experiencia, y después podrás aprovechar mucho más las formaciones que hagas, sabrás que dominios despiertan más tu interés, y de que manera quieres enfocar tu carrera profesional.
9. Fórmate por ti mismo/a.
La fisioterapia es una ciencia que hoy te dice una cosa y mañana te dice otra. Si no te formas de manera autodidacta, habrá muchas cosas que te pierdas por el camino. Lee blogs, sigue en redes sociales a quién te ofrezca contenido de calidad, busca artículos en bases de datos sobre los temas que te interesen… Hoy en día podemos estar al tanto de las actualizaciones en la profesión y aprender mucho sobre fisioterapia únicamente a través de las redes sociales y el móvil.
10. Simplifica.
Para mí este punto es el más importante y el que resume todos los anteriores. No por hacer más vas a ser mejor. No por hacer ejercicios complicados vas a ser mejor. No por usar las técnicas más nuevas y revolucionarias vas a ser mejor.
Simplifica tu forma de pensar en la fisioterapia y todo te será mucho más fácil. Entiende a tu paciente, escúchalo, ofrece buenos consejos en cuanto a cambio de hábitos, intenta localizar el origen del dolor o los movimientos que lo causan, intenta trabajar movimientos que reduzcan el dolor, e intenta trabajar los movimientos dolorosos en un rango de no dolor para así adaptar progresivamente los tejidos de la zona a la carga.