Los desgarros musculares representan hasta el 55% de todas las lesiones sufridas en el deporte. La mayoría de los desgarros se pueden evitar, por ello en este tipo de lesiones toma más importancia la prevención que el propio tratamiento en sí. Hay una pregunta en particular que se plantea con frecuencia durante la recuperación de las roturas fibrilares: “¿Debo estirar un desgarro muscular?”

0:00 INTRO
Voy a dar respuesta a esta pregunta, a la vez que esbozo unas pautas simples de rehabilitación que pueden ser útiles tanto a profesionales sanitarios como a pacientes en la recuperación de un desgarro muscular.

1:25 ¿DEBO ESTIRAR UN DESGARRO MUSCULAR?
Antes de determinar lo que ocurre después de la lesión, debemos entender primero el mecanismo de la lesión:
Los desgarros musculares se producen cuando la fuerza aplicada al tejido genera una tensión o un esfuerzo mayor del que éste puede soportar. Estirar un desgarro muscular repetiría el mecanismo de la lesión y aumentaría el potencial de dañar aún más una zona ya debilitada. Por lo tanto, reconocer que los desgarros se producen al cargar las fibras musculares más allá de su capacidad, nos permite determinar que volver a estirar cargar inmediatamente esas fibras sería probablemente contraproducente.

2:58 CLASIFICACIÓN
Los desgarros musculares suelen producirse en la unión miotendinosa cuando la fuerza se transfiere del músculo al tendón. Esta unión está formada por otras ramas miotendinosas que se expanden sobre el tendón del propio músculo lesionado.
Basándose en esta información, se propuso un nuevo sistema de clasificación clínica para las lesiones musculares que identifica la localización específica de la lesión dentro del músculo. Esta distinción es necesaria porque ahora sabemos que la proximidad del desgarro al hueso suele alargar el tiempo de rehabilitación.
Por último, la tasa de recaída de los desgarros musculares son superiores al 30%, esta cifra representa que 1 de cada 3 personas volverán a tener un desgarro muscular en el mismo sitio. Por ello es importante saber qué hacer en cada fase de la recuperación, y qué medidas tomar a largo plazo para evitar una nueva rotura.

4:43 RECOMENDACIONES POR FASE
Hablemos de las 3 fases de recuperación de un desgarro muscular, en la primera o fase de degeneración e inflamación, tiene lugar la muerte de las miofibras dañadas que han quedado sin aporte de oxígeno durante la lesión. Puede aparecer hinchazón, hematoma y un dolor incapacitante. Durante esta fase lo mejor es evitar el reposo absoluto, dando paseos cortos siempre que puedas, sin despertar el dolor, y evitar cualquier tipo de sustancia que retrase la curación de los tejidos como el alcohol o los cigarrillos.
La segunda, es la fase de la regeneración, en la que ocurren procesos como la regeneración de las miofibras, la proliferación de células satélite y la formación de tejido cicatricial entre otros. En esta fase debes comenzar la movilización y la carga de la zona afectada, tan pronto como sea posible para beneficiar el proceso de curación y reducir la acumulación de tejido cicatricial.
Por último la fase 3, en donde el cuerpo termina de cicatrizar la rotura a partir de la maduración de las miofibras y la reorganizacion del tejido cicatricial. En esta fase se deben realizar ejercicios de fortalecimiento, enfocados en el desarrollo de la fuerza.

6:56 PREVENCIÓN
Prevenir es siempre mejor que curar así que vamos a ver qué músculos son más susceptibles a tener un desgarro.
Músculos biarticulares (que cruzan dos articulaciones, como por ejemplo los isquiosurales)
Músculos que tienen una contracción predominante en excéntrico ( de nuevo los isquiosurales entrarán en el grupo.
Músculos con un mayor porcentaje de fibras de contracción rápida o fibras rojas (tipo II)
Además hay ciertos factores modificables que te conviene saber, que intervienen en la aparición de desgarros musculares se encuentran (8):
Calentamiento inadecuado
Lesión previa en el músculo o en sus articulaciones asociadas (que impide los patrones de movimiento típicos)
Insuficiente rango de movimiento o flexibilidad
Músculos débiles o fatigados
Mala recuperación (sobre todo en lo referente al sueño)

7:56 CONCLUSIÓN
Los desgarros musculares pueden parecer algo simple que no necesita la intervención de ningún fisioterapeuta. Sin embargo, la alta tasa de recaídas nos revela la importancia de tener un plan de rehabilitación a largo plazo y la poca importancia que dan los pacientes a su recuperación una vez transcurrida la fase aguda. Ser sedentario es la peor de las enfermedades, la rehabilitación y el ejercicio actúan sobre los factores modificables que vimos anteriormente reduciendo el riesgo de un nuevo desgarro. El tabaco, el alcohol, y la edad pueden tanto ralentizar el proceso de curación como aumentar las posibilidades de tener una nueva rotura, así que limita el consumo de estas sustancias, al menos hasta que llegues a la fase de remodelación.