Tumbado boca abajo, con ambos antebrazos apoyados a cada lado, eleva el pecho del suelo hasta donde te sea posible. Mantén la posición de 1 a 5 minutos. Puedes detenerte por dos razones, por la aparición de dolor, o por llegar la final del rango de movimiento. El movimiento de extensión tiene que ser TOTALMENTE pasivo, no deberías hacer ningún tipo de esfuerzo con tus músculos lumbares, el esfuerzo de elevar el pecho tiene que originarse en tus brazos. Es muy importante no despegar ni al pelvis ni los antebrazos del suelo.

Ayudar a revertir la flexión lumbar (la que tenemos al estar sentados) y reducir la presión de los discos intervertebrales lumbares, especialmente en las personas que tienen hernias discales, muy útil para combatir periodos de sedestación muy prolongados. Es mejor hacer el ejercicio por la noche, al final del día, aunque también puedes realizarlo al mediodía si has pasado toda la mañana sentado.