La espondilitis anquilosante o anquilopoyetica ocasiona gran rigidez a la espalda. Aprende como identificarla y previene sus síntomas con estos ejercicios.
¿QUÉ ES?
Muchas personas presentan dolores en la columna y tienden a relacionarlo con lumbalgias o dorsalgias asociadas al trabajo, el mal dormir, el ejercicio, malas posturas, solo cuando sienten dolor intenso que ya no pueden aguantarlo y presentan limitación funcional, es que toman la decisión de asistir a consulta médica, es importante no esperar a último momento para buscar ayuda de un especialista, ya que puede tratarse de una condición más seria como la espondilitis anquilosante, un tipo de artritis crónica que afecta principalmente las articulaciones de la columna lumbar, articulaciones sacroilíacas, columna dorsal, cervical, rodillas
y talones.
PERO ¿QUÉ ES REALMENTE LA ESPONDITILITS ANQUILOSANTE?
La espondilitis anquilosante es un tipo de artritis que afecta las articulaciones de la columna vertebral, causando inflamación y dolor en las vértebras, con frecuencia implica inflamación de las articulaciones sacroilíacas, en la unión de la pelvis con la columna y hueso sacro. Las dolencias de esta enfermedad varía de una persona a otra, en algunos pacientes se presentan de forma intermitente, mientras en otros casos puede ser un dolor fuerte y permanente, con limitaciones funcionales y de movimiento en tronco. En casos más graves, la inflamación puede hacer que se fusionen dos o más vértebras de la columna, trayendo como consecuencia cambios en las curvaturas naturales de la columna, posturas antálgicas (anti dolor) que se instauran, fijándose la columna en dichas posturas, endurecimiento de la caja torácica y reducción de la capacidad pulmonar, afectando la adecuada respiración.
¿QUÉ SÍNTOMAS PRODUCE?
Los síntomas son dolores relacionados con una inflamación de las articulaciones sacroilíacas, los ligamentos y las articulaciones de las vértebras, las articulaciones del tórax.
Estas dolencias en la zona baja de la espalda, glúteos y en la parte posterior del muslo, aparecen sobre todo por la noche, mejoran durante el día y con la actividad física, para reaparecer al final del día con el cansancio y la fatiga. Los pacientes refieren no mejorar con el reposo, al igual que rigidez por las mañanas.
La inflamación causa que los huesos sacroilíacos y las vértebras se fusionen. Cuando esto ocurre, la columna se vuelve rígida. La enfermedad puede causar fiebre, pérdida del apetito, fatiga e inflamación en los ojos. Puede aparecer incluso una psoriasis cutánea o una inflación en el sistema digestivo.
¿POR QUÉ SE PRODUCE?
Al considerarse una enfermedad reumática autoinmune, afecta al sistema inmunológico y siendo este protector del organismo de las infecciones y enfermedades, se cree que los niveles aumentados de una forma activa de una proteína del sistema inmunológico llamada Factor de Necrosis Tumoral, juegan un papel en la inflamación asociada con la espondilitis anquilosante.
Es necesario un análisis de factores genéticos y hereditarios inciden para determinar la aparición y desarrollo de la enfermedad. Esta enfermedad aparece en 1 de cada 20 personas con el gen
HLA-B27, sin embargo poseer el gen no significa que tengamos que desarrollara espondilitis anquilosante. Actualmente, científicos han descubierto dos genes más, el ERAP1 y el IL23R, pueden ser un riesgo genético para la aparición de la espondilitis anquilosante. Sin embargo a día de hoy no se ha encontrado una causa específica que explique el origen de la espondilitis anquilosante.
¿CÓMO SE DIAGNOSTICA?
Es muy fácil que la espondilitis anquilosante sea mal diagnosticada, por la gran cantidad de síntomas que comparte con la lumbalgia mecánica o la hernia discal.
El diagnostico diferencial que nos ayudará a detectar la existencia de esta enfermedad es la radiografia. Curiosamente, sobre todo en estados avanzados la columna aparece en forma de caña de bambú debido a la perdida de movilidad y fusión de las vertebras lumbares. En estados mas iniciales un análisis genético puede ayudarnos a evaluar la posible existencia del problema, ademas las resonancias magnéticas nos ayudarán a determinar el estado inflamatorio de las articulaciones sacroiliacas.
TRATAMIENTO
El tratamiento de esta enfermedad tiene como objetivo reducir el dolor y la inflamación, y disminuir la rigidez asociada.
Desde la medicina clásica vuestro médico podrá dispensar los medicamentos necesarios para combatir el dolor y la inflamación.
Desde la fisioterapia nos centraremos en la flexibilización o conservación de la movilidad lumbar y la mejora postural en el día a día. Para abordar todo esto, he creado un vídeo que se centra únicamente en su tratamiento, si quieres acceder a él puedes hacer clic en la parte superior derecha del vídeo. Fortalecimiento de la espalda, y estiramiento de la musculatura anterior del tórax.