El uso de fajas abdominales está muy generalizado tanto en pacientes que tienen dolor lumbar, como en trabajadores que manipulan cargas pesadas.
Nosotros, como seres humanos, disponemos de una faja abdominal natural que se encarga de mantener los órganos en su sitio, y de unir la zona de las costillas con la pelvis.
Debemos diferenciar las dos situaciones en que se pueden usar las fajas. Como tratamiento del dolor, en pacientes que tienen lumbalgia aguda, y como prevención en trabajadores que deben manipular cargas pesadas.
En el primer caso, la faja está recomendada únicamente si el dolor es muy intenso, y si la utilizamos durante un periodo de tiempo limitado. El uso de la faja abdominal, sustituye nuestra propia faja abdominal muscular, por ello, al usarla en exceso estarás debilitando todos tus músculos abdominales y lumbares ya que la faja suplirá su función. Si una vez que te quitas la faja tus músculos no son capaces de sostener tu columna, lo más probable es que el dolor lumbar vuelva a aparecer, y se perpetúe durante el tiempo.
Por ello debes limitar su uso a los momentos de mayor dolor, durante un máximo de unas horas.
En el caso del uso de faja en el ámbito profesional, recomiendo su uso únicamente para hacer frente a las cargas más pesadas. Dejando que nuestra propia faja abdominal trabaje cuando no estamos levantando cargas pesadas.
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