En un principio podríamos pensar que la carrera, al tratarse de un deporte de impacto, puede empeorar o incluso reproducir problemas discales a largo plazo. Sin embargo te sorprenderá saber que la carrera produce todo lo contrario
Correr largas distancias fortalece los discos intervertebrales, especialmente la zona del núcleo pulposo. Un estudio en 2017 fue el primero en demostrar que el disco intervertebral puede responder positivamente al ejercicio en el ser humano. Los autores demostraron que correr largas distancias de manera habitual, se asocia con una mejor composición del disco intervertebral, mayor hidratación, grosor y contenido de proteoglicanos, y con la hipertrofia del mismo.
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